viernes, 18 de junio de 2010

Revista Código 06140


Revista mexicana que muestra artículos sobre arte, arquitectura, cine, diseño, música, moda y entrevistas de los mismos artístas; la dirige Ricardo Porreo.

La Tempestad


Revista mexicana de periodicidad bimestral concentrada en el análisis y la reflexión sobre manifestaciones artísticas de los cinco continentes. Dirigida por José Antonio Chaurand y Nicolás Cabral, sus páginas abordan temas relacionados con la literatura, el cine, las artes escénicas, la música, la arquitectura, las artes visuales y el diseño.
tiene un perfil predominantemente crítico y ensayístico, si bien cuenta con espacios para la creación artística y, paralelamente, con secciones informativas. La revista tiene entre sus colaboradores a escritores y artístas americanos, europeos y ocasionalmente asiáticos y africános.
La revista fue fundada en 1998 por el economista José Antonio Chaurand, director general, y el escritor Nicolás Cabral, director editorial. Su primer número comenzó a circular en mayo de ese año e incluyó colaboraciones de un puñado de creadores jóvenes de distintas regiones de México. Impresa originalmente en blanco y negro, y con un tiraje inicial de mil ejemplares, La Tempestad evolucionó gradualmente hasta convertirse, 11 años después, en una publicación de 160 páginas a color con una circulación 14 veces mayor, que ha difundido el trabajo de más de 600 escritores y artistas de diversas latitudes.

Los contenidos de La Tempestad se organizan a través de seis secciones:

Actualidad del arte. Se compone de reseñas críticas que revisan lo más importante de la oferta bimestral en las distintas disciplinas artísticas, tanto en México como en otros países. Se repasan novedades bibliográficas (poesía, novela, cuento, ensayo, crónica), estrenos cinematográficos (ficción, documental, animación), lanzamientos discográficos (música de concierto, jazz, rock de vanguardia, fusión, arte sonoro), exposiciones (pintura, escultura, instalación, video, obras multidisciplinarias) y espectáculos escénicos (danza, teatro, ópera). La sección cuenta con una agenda para cada disciplina que incluye una columna de opinión, una intervención gráfica y recomendaciones de discos, libros, DVD, páginas web, revistas y programas de radio y televisión.

Formas útiles. La actualidad de la arquitectura, el diseño industrial (mobiliario, producto), la moda (alta costura, calzado, accesorios) y el diseño gráfico (editorial, publicitario, web) es abordada aquí a través de artículos que balancean la información y el análisis crítico. Como en las subsecciones de Actualidad del arte, se complementa con una agenda bimestral.

Ciudades. A través de crónicas literarias –donde los escritores narran su paso por una ciudad– y de ensayos fotográficos, este apartado de la revista propone el viaje como experiencia estética. Al texto lo acompaña una guía que repasa los espacios para las artes de la urbe en cuestión.

Dossier. Diversos escritos abordan las formas expresivas tanto de la modernidad como de la contemporaneidad, a través perspectivas teóricas que permiten entender la obra de ciertos artistas bajo una nueva luz. La caja de resonancia de la creación de avanzada.

En portada. Una colección de ensayos que reflexionan sobre las artes o piensan desde las artes, organizados a partir de temas que propician lecturas polémicas del presente. Los planteamientos son esencialmente estéticos, lo que no excluye meditaciones políticas o filosóficas. Se trata del espacio central de cada edición de La Tempestad.

Cuaderno para invenciones. El apartado final de la revista reúne ensayos, relatos, poemas, crónicas, intervenciones de artistas visuales, portafolios fotográficos y ejercicios inclasificables. El contenido de los textos es principalmente literario, pero la sección también da espacio a trabajos de crítica cultural.


El Periodo Clásico


El Periodo Clásico de la civilización mesoamericana está marcado por la consolidación del proceso urbanístico que se venía gestando desde el Preclásico Tardío, lo cual ocurre hacia el siglo III dC. Durante la primera parte de esta época, Mesoamérica será dominada por Teotihuacan. A partir del siglo VII dC, esta ciudad comenzará un largo proceso de decadencia que permitirá el florecimiento de las culturas maya, zapoteca y de los llamados centros regionales del Epiclásico.
Comprende del 100 d.C al 1000 d.C. Las principales civilaciones fueron: Zapotecas, Xochicalco, Teotihuacan, Mayas, Olmecas y Totonacas.
Las sociedades de esta época fueron un gran ejemplo de organización política y económica así como en su sociedad.

Los inicios del Periodo Clásico pueden fijarse alrededor del año 200 d.C y su conclusión hacia el 900 d. C. Sin embargo, la cronología varía en cada área cultural. Los antecedentes de este periodo se hallan en la última fase del Periodo Preclásico, a partir del año 400 d. C., cuando gracias a un incremento en la eficiencia de las técnicas agrícolas, ocurrió una transformación en las sociedades de la época (crecimiento demográfico, mayor división del trabajo y especialización, y el incremento del intercambio comercial). Los cambios tecnológicos que hicieron posible esta transformación fueron condicionados por factores específicos de cada región mesoamericana.Una actividad importante para los mayas,zapotecas y teotihuacana fue la religion.

En este periodo tuvo lugar también una bifurcación de tradiciones en el área mesoamericana: una encabezada por Teotihuacan, y la otra por las ciudades mayas del sureste. Tal diferenciación es visible sobre todo en rasgos centrales del complejo mesoamericano, como el calendario y los sistemas de escritura. Uno y otros fueron llevadas a su máxima complejidad en el Área Maya. De acuerdo con López Luján y López Austin (2001), si Teotihuacan, la ciudad más importante de la época, no desarrolló a fondo estos elementos culturales fue por el condicionamiento relativo al socio-político que privó en el Centro de México.

martes, 15 de junio de 2010

LA PANADERÍA


La Casa de la Panadería es un edificio de cuatro alturas, con la planta baja porticada, estando rematado el último piso en forma de ático, y los laterales coronados por torres angulares. Está situada en el centro del lado norte de la Plaza Mayor de Madrid.
fue levantada durante la construcción de la Plaza Mayor, siendo Juán Gómez Morales el encargado de su construcción, que terminó en 1619 Tras el segundo incendio de la plaza en 1670 fue reconstruida por Tomás Román, encargándose los pintores Claudio Coello y José Jimpenez Donoso de la decoración interior y los frescos de la fachada. Tras el tercer incendio de la plaza en 1970, del que se libró la Casa de la Panadería, sirvió de referencia a Juan de Villanueva para la reconstrucción del caserío de la plaza.
En 1988, el Ayuntamiento de Madrid convocó un concurso público restringido para acometer la decoración de la fachada, debido al gran deterioro de las pinturas que había realizado el pintor y ceramista Enrique Guijo en 1914. A ese concurso fueron invitados los artistas Guillermo Pérez Villalta Sigfrido Martín Begué y Carlos Franco, resultando ganador este último, con un proyecto basado en personajes mitológicos como Cibeles, Prosrpina, Baco o Cupido, y otras inventadas por el artista, relacionadas con la historia de Madrid y de la Plaza Mayor. Los trabajos para pintar los frescos de Carlos Franco se llevaron a cabo en 1992.
En un principio, sus bajos albergaban la tahona principal de la Villa, estando desde 1732 los despachos del Peso Real y del Fiel Contraste. Entre 1745 y 1774 tuvo allí su sede la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando , y de 1774 a 1871 la Real Academia de la Historia. A finales del siglo XIX se hace cargo de la Casa de la Panadería el Ayuntamiento de Madrid, convirtiéndola en la segunda Casa Consistorial de la Villa. Más tarde pasó a ser la sede de la Biblioteca Municipal y del Archivo Municipal. Posteriormente, seguirá albergando algunas dependencias municipales, además de instituciones como el Centro Cultural Mesonero Romanos. Actualmente sus dependencias están ocupadas por el Patronato de Turismo Madrid, encontrándose en su planta inferior (intercolumnio) el Centro de Turismo de Madrid.

Armando Garcia Nuñez


Gerardo Murillo


Paisajista, volcanólogo e ideólogo del movimiento muralista de nuestro país. Nació en Guadalajara, en 1875 y cursó estudios de pintura en la Escuela de Bellas Artes de la ciudad de México. En 1897 obtuvo una beca para estudiar el doctorado en Filosofía y Derecho en la Universidad de Roma. Empezó a pintar bajo la influencia de los impresionistas y comenzó a ser conocido con el seudónimo de 'Doctor Atl', que en náhuatl significa 'agua'. En 1903 regresó a México y se dedicó a impartir clases en la Academia de San Carlos, donde tuvo como alumnos a Diego Rivera, David Alfaro Siqueiros y José Clemente Orozco. En 1912 fundó la Liga Internacional de Escritores y Artistas. Debido a su actividad política estuvo encarcelado, por lo que se exilió en Estados Unidos. A su regreso a México en 1920, fue nombrado director del Departamento de Bellas Artes y, desde 1926, en que estudió vulcanología, realizó diversos paisajes con volcanes mexicanos, dedicando especial interés al Popocatépetl, Iztaccíhuatl y Paricutín (de este último hizo una serie en 1943). En 1957 inició una nueva forma de mostrar el paisaje, visto desde el aire. Murió en la ciudad de México en 1964.

Joaquin Clausell


Pintor mexicano. Nacido en Campeche (México), en 1886 se instaló en la ciudad de México donde estudió abogacía en la Escuela Nacional de Jurisprudencia. Su activismo político le llevó primero a la cárcel y después al destierro por diferentes lugares de Europa entre 1892 y 1895, lo que le permitió adquirir un conocimiento directo del impresionismo. En este estilo desarrolló la mayor parte de su obra, comenzada a partir de 1904 por influencia del pintor Gerardo Murillo, Doctor Atl, junto al que llevó a cabo una importante renovación de la pintura de paisaje en México. El paisaje marino fue una de las novedades más interesantes de su producción, con obras como la marina La ola verde de Cuyutlán. En las paredes de su propia casa, la antigua residencia de los condes de Santiago de Calimaya, dejó un amplio repertorio pictórico de sus inquietudes. Murió en 1935 tras un accidente junto a las Lagunas de Zempoala.